Todavía falta que declaren cinco testigos propuestos por la defensa del ex presidente y Sofía Pacchi, que suspendió su exposición dos veces. Los hechos nuevos y los delitos que estarían en la acusación.
La declaración de la madre de Fabiola Yañez significó el final de la primera etapa de la investigación por la escandalosa denuncia contra Alberto Fernández. Falta una segunda etapa, con cuatro testigos aportados por la defensa del ex presidente, y hasta una tercera, todavía sin fechas. También resta la pericia del teléfono de la ex primera dama, una prueba crucial para el expediente. Pero el fiscal Ramiro González ya trabaja en silencio en el pedido de indagatoria del ex presidente.
Fuentes judiciales consultadas por Infobae confirmaron que Alberto Fernández sería acusado por los mismos delitos que figuran en el requerimiento inicial: lesiones leves, lesiones graves, y coacción agravada.
El primer delito se habría configurado con el golpe “involuntario”, en la cama de la suite presidencial. En la imputación inicial se lo denominó como Hecho 3. Yañez dijo en su denuncia original que ese episodio ocurrió en julio de 2021, pero con el paso de los testigos se terminó confirmando que habría sido el 21 de junio, previo a un viaje a la provincia de Misiones.
De ese viaje hay varios testimonios. La madre de Yañez, Miriam Verdugo, confirmó que llegó a su casa con un moretón: “Ella fue a Misiones por un viaje oficial muy bien maquillada pero cuando llegó a la casa de la hermana, donde estábamos, y me mostró, porque yo ya sabía del golpe porque me había comentado por teléfono, ahí si le ví el golpe. Cuando la vi en persona le pregunté qué pasó y le dije eso no fue sin intensión”.
El médico presidencial también dio cuenta que los mismos protagonistas habían hablado en su momento de un golpe “involuntario” cuando se encontraron en Olivos. Fue el 30 de junio, luego del viaje a Misiones. “En ese momento recuerdo que tenía la mancha y los dos coincidimos que debía seguir con Cervep y los glóbulos de árnica. Seguimos dialogando. Les preguntamos qué había pasado: nos dice que había sido un golpe involuntario accidental en la cama. No recuerdo si lo dijo él o ella que había sido un golpe sin querer en el dormitorio en la intimidad”, contó Saavedra ante el fiscal.
Para el fiscal, no se trató de un golpe involuntario, en línea con lo que declaró la esteticista Florencia Aguirre. “Le pregunté que le pasó y me dijo que fue Alberto sin querer. La verdad que la miré y no le creí”, recordó Aguirre sobre un encuentro que tuvieron en Olivos el 29 de junio, un día antes de la entrevista con el médico.
En su requerimiento inicial, el fiscal habló de lesiones leves y graves, doblemente agravadas (art. 89, 90 y 92 -80, inc. 1 e 11,- C.P) y amenazas coactivas (art. 149 bis, último párrafo, del C.P.). Ese último delito se habría dado a partir del 28 de junio pasado, cuando Yañez fue convocada por el juez Julián Ercolini por los mensajes y las fotos encontradas en el celular de María Cantero, la histórica secretaria de Alberto Fernández.
“Mi consejo es que hables lo menos posible”, fue uno de los mensajes que le mandó el ex presidente ese día, según reveló Infobae. Y agregó: “Lamento mucho todo. Me doy cuenta que estás muy lastimada. Nunca quise que todo fuera como fue. Siempre te amé y nos tocó un tiempo tortuoso que seguramente no me dejó darte la atención que merecías. Hoy estoy muy triste por todo. Mis ganas de vivir no existen. Soñaba otra cosa a tu lado. Te pido perdón por el daño que sin querer te he causado. Beso grande”.
Unas horas antes, Yañez ya había afrontado la audiencia desde Madrid y había desistido de impulsar la denuncia. Fernández respiró aliviado y hubo varias días de tensa calma. Todo se rompió el sábado 3 de agosto, cuando Alberto Fernández se enteró que el diario Clarín iba a dar a conocer la existencia de los mensajes con Cantero.
Aunque faltan testigos y una pericia clave, en la Fiscalía de Ramiro González ya comenzaron a trabajar sobre el llamado a indagatoria. Hasta ahora es solo un borrador.
“El fiscal tiene el derecho a considerar suficiente la prueba que tiene a la vista. El que va a decidir será el juez. El fiscal tiene una investigación delegada, una etapa preliminar de esta causa que por alguna razón hay interés de cerrarla pronto”, reaccionaron fuentes de la defensa de Alberto Fernández, a cargo de Silvina Carreira.
En ese llamado a indagatoria podrían aparecer “hechos nuevos” que surgieron en las testimoniales. El ejemplo más reciente apareció en la declaración de la madre de Fabiola. La mujer habló de una agresión a los ocho meses de embarazo. “Ahí vi cuando Alberto la sacaba de los brazos, la zamarreo y la tiro frente a la puerta del ascensor. Ella estaba embarazada. La soltó y se calló con todo el peso sobre la panza. Ella se quedó ahí llorando”. También habló de otra agresión, sin dar fechas concretas. Dijo que ese día Fabiola llegó con “4 dedos marcados en la cara”.
Antes de avanzar, el fiscal tiene previsto escuchar a las cinco testigos propuestos hasta ahora por la defensa de Alberto Fernández. Cuatro de ellas están citadas para este jueves 26 y el próximo 4 de octubre. Se trata de Cintia Romina Tonietti, Amalia Tereza Moreno, Karina Daniela González y Noelia Del Valle Gómez. En sus declaraciones ante escribano público dieron cuenta que no hubo violencia de género y que los moretones que exhibió Yañez fueron producto de caídas por el consumo de alcohol o por secuelas de tratamientos estéticos.
La última testigo, denominada “testigo B”, es una ex amiga de Fabiola de la provincia de Misiones que conoce muchos de sus secretos. Todavía no tiene fecha. En la Fiscalía estiman que formará parte de la tercer ronda de testigos junto a Sofía Pacchi, que ya logró postergar dos veces su declaración. “Siempre se mantuvo en contacto con Alberto, si le preguntan todo puede dar alguna sorpresa”, repiten en su entorno.
Además de esos testigos, falta la pericia del celular de Fabiola Yañez, un trámite complejo que podría demandar varias semanas. Este lunes, el fiscal firmó el pedido de colaboración enviado al Ministerio Público de España. Ese documento ya está en poder de la Cancillería argentina y debe pasar por varias instancias burocráticas. Tarde o temprano, se realizará una copia forense del contenido del teléfono. Cuando el material llegue a Buenos Aires, la Justicia deberá seleccionar lo que tenga interés para la causa.