jueves, noviembre 21

El consumo promedio en PBA y CABA se desplomó 35% en abril

De acuerdo con el relevamiento en Provincia y Ciudad de Buenos Aires el impacto mayor se registró en el Conurbano y fue la mayor caída desde la pandemia.

El consumo en Provincia de Ciudad de Buenos Aires en abril registró una caída promedio superior a un 35 por ciento con relación a igual mes del año pasado, un desplome que no se exhibía desde la irrupción de la pandemia de COVID-19. Respecto a marzo previo la baja fue de 14,3 por ciento. Sólo en el rubro de supermercados y alimentos la retracción mensual entre abril y marzo alcanzó un 21 por ciento. Los datos generados por el equipo de Estudios Económicos de Banco Provincia (BAPRO) sobre los consumos realizados tanto en territorio bonaerense como dentro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires revelan que el impacto mayor se registró en el Conurbano. El área donde la caída más pronunciada fue en la zona sur, con un 43,4 por ciento. Le siguieron los consumos en la Ciudad de Buenos Aires con bajas del orden de 42,3 por ciento y la zona oeste, donde el retroceso alcanzó a un 40 por ciento.

Si se analiza la evolución mensual del índice, entre abril y marzo, el rubro más afectado fue el de compras digitales, con una reducción de 55 por ciento. “Sin embargo, el dato más relevante es la contracción evidenciada en supermercados y alimentos, que fue de 21 por ciento, mostrando una aceleración de la baja con respecto al mes anterior. Por último, también resultó significativa la disminución de 18 por ciento en combustibles”, sostiene el informe realizad por el equipo económico del BAPRO. El relevamiento incluye información de los movimientos de 1,2 millones de tarjetas de crédito y 2,6 millones de tarjetas de débito. Además, analiza las transacciones de las más de 9 millones de personas usuarias de la billetera digital Cuenta DNI.

En sentido opuesto, el nivel general de precios medido por el INDEC subió casi 110 por ciento entre diciembre y abril. Sin embargo, las distintas canastas crecieron a ritmos diferentes: alimentos y bebidas no alcohólicas avanzó 104,7 por ciento; servicios públicos, 143,9 por ciento y servicios privados lo hicieron por debajo del nivel general (contiene restaurantes y hoteles, recreación y cultura, educación, entre otros). “En síntesis, los precios de los servicios básicos (luz, gas y agua) y de los alimentos subieron muy por encima de los demás bienes y servicios, típicamente de segunda necesidad o más prescindibles”, destaca el informe de la entidad bancaria bonaerense. 

Según el equipo de economistas de Banco Provincia, el proceso inflacionario actual tiene un mayor impacto sobre el consumo privado que las anteriores aceleraciones inflacionarias. Los motivos son múltiples: políticas fiscal y cambiaria contractivas, caída del poder adquisitivo, mayor aumento de precios de los bienes ‘inelásticos’ respecto de aquellos cuyo consumo puede sustituirse, como gastronomía, turismo, cultura y salidas recreativas.  La reducción de estos gastos en consumo tomó la forma de desaceleración de sus crecimientos, pero, en abril, el resultado saltó a terreno negativo.

El sondeo de las consultoras, la contracción se debió a salarios con menor poder adquisitivo, el deterioro incipiente de las condiciones sociales (suba de la pobreza y todo lo que ello conlleva) y firmas que intentan evitar incorporar fragilidad a sus hojas de balance bajando precios (en un contexto de subas de los costos fijos de producción imposibles de absorber a través de los aplacados volúmenes de negocios).

El derrumbe del índice de consumo en términos desestacionalizados alcanzó entonces el valor más bajo de toda la serie histórica. En materia de rubros, los deterioros provinieron del contexto macroeconómico y de otras razones de índole más microeconómica, inducidas, en definitiva, por el panorama macro (más allá que las subas precios al consumidor se estén desacelerando y las tasas de interés se mantengan en sendero descendente), según explica el informe.

Caída de ventas por rubros

Los rubros comprometidos en esta lógica de funcionamiento micro / macro fueron, en mayor medida, compras digitales (en esencia, Provincia Compras), supermercados y alimentos y combustibles.

En el cuarto mes de 2024, el IBP consumo registró la caída más importante de toda su serie histórica. Alcanzó a 35,3 por ciento interanual y, pese a la menor suba de los precios al consumidor informada por el INDEC, se debió, básicamente, a la contracción de 10,8 por ciento interanual de los montos consumidos medidos en valores constantes. A los efectos de entender su magnitud, este retroceso resultó similar a los verificados en los tiempos de la pandemia.

Varias consultoras privadas que relevan datos en todo el país, confirman un escenario aún más agravado en abril con caídas interanuales del consumo masivo, con cifras negativas superiores al 20 por ciento. Sostuvieron que los salarios negociados en paritarias, en este contexto, no lograron impedir la pérdida del poder de compra. El resultado disminuyó la cantidad de tickets emitidos y se redujeron los montos gastados con respecto a otros meses. Desde el punto de vista de la oferta, las ventas de las pequeñas y medianas empresas que la nuclea la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) registraron una desaceleración de los ritmos de las caídas en el cuarto mes de 2024.

En el cotejo mensual las mayores caídas fueron para compras digitales (-55,5 por ciento), supermercados (-21,2 por ciento), combustible (-18,1 por ciento), bares y restaurantes (-14,4 por ciento), indumentaria (-9,4 por ciento), farmacias y perfumerías (-8,9 por ciento), ferreterías y bazar (-6,4 por ciento) y construcción -4,7 por ciento).  En el caso de las compras digitales, en términos interanuales, la caída estuvo condicionada por las decisiones de gasto de las familias y el desarrollo de las acciones comerciales del BAPRO.

“En el caso de supermercados y alimentos, repercutió la oleada macro sobre la magra evolución flujo del consumo masivo, impulsadas por las conclusiones vertidas por los analistas de la coyuntura y las desmejoras vinculadas al avance de la pobreza”, señala el informe oficial del Banco. La baja en el consumo de combustibles tiene como trasfondo las subas de los precios trasladadas por las refinadoras debido al encarecimiento de su estructura de costos en dólares por las subas mensuales del tipo de cambio pautadas por el Banco Central. “También constituyó un agravante la actualización de los impuestos a los combustibles sobre la demanda, en especial, en los productos del segmento premium”, detalla el informe de la entidad

El consumo medido por región

El consumo de la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA) como el del Interior se desplomaron en abril. Las caídas del índice alcanzaron a 38,3 y 30 por ciento interanual respectivamente. En la RMBA, pese a la desaceleración de las subas de los precios minoristas, el consumo medido en valores constantes mostró un retroceso interanual de 8, por ciento, el más pronunciado desde noviembre de 2022. En el Interior, el mismo totalizó dos dígitos (-14,1 por ciento interanual), el más elevado de toda la serie histórica del índice.

En cuanto al número de clientes, se desaceleró el crecimiento en ambas regiones. En la región metropolitana desde 56 por ciento interanual, en marzo a 49 por ciento en abril, en tanto que, en la segunda, la pérdida de ese ritmo redundó en bajas porcentuales desde 27 por ciento interanual a 23 por ciento entre esos meses.

La cantidad de compras aumentó 43 por ciento interanual en la región de la Ciudad de Buenos Aires y las zonas lindantes de la Provincia de Buenos Aires, mientras que, en el Interior, ese incremento resultó menor en términos relativos (32 por ciento interanual). “En ambos casos, la desaceleración fue visible, pero, en esta última, en particular, se produjo la baja más importante cuando a la misma se la compara con la variación media anual”, sostiene el informe de la entidad bancaria bonaerense. Esto también repercutió en el número de transacciones por cliente en estos mercados: hubo retrocesos en el último mes con respecto al promedio del último año.

Las reducciones porcentuales interanuales del índice se agudizaron sensiblemente, pero, el ranking no registró mutaciones en su ordenamiento con relación a los meses previos. Las bajas más pronunciadas correspondieron a las zonas de Avellaneda (-43,4 por ciento interanual), CABA (-42,3 por ciento) y Morón (-40,1 por ciento), mientras que los menores retrocesos tuvieron lugar en Mar del Plata (-28,6 por ciento), Pehuajó (-29,5 por ciento) y Tandil (-29,7 por ciento).

“Un dato importante y casi inédito surge de analizar, en particular, la evolución del consumo medido en términos reales en abril. Prácticamente nunca se había observado que en todo el universo de los centros zonales se produjeran retrocesos de los montos consumidos en un mismo mes. Descartando el período de pandemia, este comportamiento no presenta antecedentes. Sin embargo, como dato curioso (por las similitudes en materia de política económica y sus protagonistas), lo más parecido al episodio descripto más arriba tuvo lugar en 2018, cuando, por razones de inestabilidad financiera y sus consecuencias vinculadas a la imposibilidad de mantener un escenario sostenible en el tiempo, el gobierno de aquel entonces solicitó rescates financieros al Fondo Monetario Internacional. En ese momento, se produjeron retrocesos interanuales en la mayoría (no en todos)”, concluye el informe de la Gerencia de Estudios Económicos del BAPRO.