domingo, mayo 25

Jorge Bergoglio, el Papa de Buenos Aires


Jorge Mario Bergoglio, nacido en 1936, fue sacerdote y arzobispo de Buenos Aires antes de convertirse en Papa Francisco en 2013, destacándose por su humildad y compromiso con los más necesitados.


Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en el barrio de Flores, en el
seno de una familia de inmigrantes italianos. Allí pasó su infancia y juventud, en
una casa modesta, rodeado de amigos y hermanos, con quienes compartía
juegos y vivencias cotidianas.

Fue bautizado en la Basílica de María Auxiliadora y San Carlos, y tomó su Primera
Comunión en la Iglesia Nuestra Señora de la Misericordia, donde también asistió
al jardín de infantes. Comenzó la escuela primaria en la Escuela Nº 8 “Cnel. Ing.
Pedro Antonio Cerviño” y la completó en Ramos Mejía. En 1955 se graduó como
técnico químico en la E.N.E.T. Nº 27 “Hipólito Yrigoyen”, en Monte Castro. Luego
trabajó en un laboratorio de análisis industriales en la calle Azcuénaga, en
Recoleta.

A los 17 años, mientras se confesaba en la Basílica de San José de Flores, vivió una
experiencia espiritual profunda que lo llevó a descubrir su vocación sacerdotal.
Aquel momento marcó su vida para siempre. En 2016, se colocó una placa
conmemorativa en ese mismo confesionario, junto a una lámpara que se
enciende con un sensor: un símbolo de aquella “iluminación interior”.

A los 21 años ingresó al Seminario de Villa Devoto, donde fue influido por los
jesuitas que conducían la formación. En 1958 se unió formalmente a la Compañía
de Jesús. Realizó su noviciado y completó estudios de humanidades en Chile. Se
licenció en Filosofía y Teología en el Colegio Máximo “San José” de San Miguel,
donde más tarde fue docente de literatura y psicología.

Fue ordenado sacerdote en 1969 y en 1973 hizo su profesión solemne como
jesuita. Fue rector del Colegio Máximo, combinando su labor académica con la
pastoral. Luego realizó estudios de doctorado en Alemania y fue director
espiritual en Córdoba.

En 1992, el Papa Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de Buenos Aires. Pronto
asumió cargos clave: vicario episcopal de Flores, vicario general de la
arquidiócesis, arzobispo coadjutor y, finalmente, arzobispo y primado de la
Argentina en 1998. En 2001 fue creado cardenal, con el título de San Roberto
Belarmino.

Durante su ministerio, se destacó por su austeridad y compromiso concreto:
viajaba en transporte público, visitaba cárceles, celebraba misas públicas contra la
trata, acompañaba a víctimas de adicciones y estuvo presente junto a los
familiares de Cromañón. En 2009 creó la Vicaría para la Pastoral en Villas de
Emergencia, reafirmando su opción por una “Iglesia pobre y para los pobres”.

Impulsó el diálogo ecuménico e interreligioso, construyendo puentes con
comunidades cristianas, judías e islámicas. También presidió la Conferencia
Episcopal Argentina entre 2005 y 2011.

Participó en el cónclave que eligió a Benedicto XVI, y tras su renuncia, fue elegido
Papa el 13 de marzo de 2013. Eligió llamarse Francisco, en honor a San Francisco
de Asís, símbolo de humildad, paz y amor por los más vulnerables.