El Poder Ejecutivo termina de definir el alcance de la ley hojarasca con la que apunta a derogar 75 normas. La CNV flexibilizará los procesos para la venta de empresas que estén en manos del Estado
La agenda de medidas de desregulación continuaría esta semana ya que el Gobierno apunta a poder enviar al Congreso un nuevo proyecto de ley con un paquete de artículos para derogar unas 75 leyes que consideran vetustas pero que no tendrán impacto significativo en el funcionamiento de los sectores productivos. En paralelo, el Poder Ejecutivo avanza en otros frentes, entre ellos, en el de facilitar eventuales procesos de privatización de empresas públicas.
La cuestión de la desregulación y la derogación de normas formó parte de la agenda del primer día de la Semana Mundial del Inversor que organiza la Comisión Nacional de Valores (CNV) y que contó este lunes con la presencia de funcionarios del equipo económico y referentes del mercado de capitales.
El cierre estuvo a cargo del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger. “Sueño que las pymes emitan acciones, que no se financien con deuda”, destacó en el marco del acto promovido por la Organización Internacional de Comisiones de Valores (Iosco). “Creo que vamos a defender mucho más un régimen de libertad económica cuando todos, de alguna manera, seamos parte de esas empresas y de la efervescencia productiva que puede tener Argentina en sus distintos sectores”, afirmó el ministro.
El Gobierno apunta a enviar esta semana al Congreso un nuevo paquete de desregulación a través de la Ley de Hojarascas, que buscará derogar 75 normas que el equipo económico considera vetustas
Por otro lado, Sturzenegger aseguró que “no hay que tenerle miedo al exceso de desregulación, siempre se puede corregir”, si surgieran errores, planteó al defender la medida de la CNV que permitirá que los adolescentes desde los 13 años puedan tener a su nombre una cuenta comitente y hacer operaciones en el mercado de capitales.
“Una regulación en el buen sentido trata de minimizar los riesgos, pero hay que ponderar el riesgo que minimiza con los costos que genera esa regulación. Cuando estamos en este proceso de diseñar las regulaciones, tenemos que estar permanentemente preguntándonos no sobre lo que la regulación hace, sino sobre lo que la regulación destruye. Porque quizás estamos destruyendo todo un mercado por esa regulación para proteger un riesgo a un costo muy alto”, razonó el funcionario.
En una exposición que incluyó un repaso rápido por las últimas medidas del ministerio que encabeza y lo que planea concretar en lo sucesivo, Sturzenegger anticipó que lo que viene es una flexibilización en el uso de pagarés, hoy permitidos en monedas como pesos o dólares, hacia variantes como los pagarés en mercancía (como el pago en soja) o atados a un indicador como el Badlar, que es la tasa de interés de los depósitos superiores al millón de pesos.
“Hay un libro que escribió un economista de la Universidad de Berkeley, George Akerlof, que se llama The Market for Lemons, referido al mercado de autos usados en Estados Unidos; él dijo que es un mercado donde hay asimetría de información, porque el que vende el auto sabe más del auto que el que lo compra. Es un trabajo muy sencillo, pero que le permitió obtener el Nobel de Economía. Esa asimetría no debe llevarnos en forma inexorable a generar una regulación; si algo falla, se corrige, pero no significa que siempre se necesite regular todo”, explicó.
Una de las líneas de trabajo del ministerio desregulador de los últimos meses tras la aprobación de la Ley de Bases fue la elaboración de un nuevo paquete de derogación de normas que en el equipo económico consideran vetustas. Esa medida se verá corporizada en la nueva “ley Hojarasca”, con la que el Gobierno buscará derogar unas 75 leyes y que sería presentado, estiman, esta semana en el parlamento.
La CNV lleva en paralelo otra agenda desreguladora. Una de las que fue anticipada por el titular del organismo Roberto Silva en el mismo evento este lunes en la sede de la Bolsa de Comercio en el centro porteño tiene que ver con dos medidas para facilitar eventuales procesos de privatización de empresas públicas.
Sturzenegger anticipó que lo que viene es una flexibilización en el uso de pagarés, hoy permitidos en monedas como pesos o dólares, hacia variantes como los pagarés en mercancía (como el pago en soja) o atados a un indicador como el Badlar
En ese sentido, Silva explicó que en primer lugar buscarán dejar de hacer mandatorio la realización de Ofertas Públicas de Adquisición (OPA) porque un requerimiento de esa naturaleza, por el cual para ofertar por una parte del paquete accionario debería extenderse esa propuesta para todo el resto, dejaría en los papeles a esa operación fuera del mercado de capitales.
“Hay sociedades por privatizarse y hay una idea de hacerlo vía mercado de capitales. Buscamos flexibilizar la parte de la presentación de balances, algo que les cuesta cumplir a sociedades en manos del Estado”, dijo Silva respecto al segundo aspecto, que implica que los balances de esas empresas públicas puedan ser presentados pro forma.
“Si vamos a traer una compañía para ver si podemos fijar precio de esa manera, (la norma actual) dispara que tenga que ofertar por todo el paquete, eso la saca del mercado de capitales. Sobre los balances buscamos igualar la vieja norma de los ‘90. Cuando una mira a las empresas públicas, no cumple balances como cualquier empresa privada”, concluyó Silva.